El mundo moderno está cambiando a un ritmo sin precedentes, exigiendo que las organizaciones y las personas en posiciones de liderazgo desarrollen nuevos paradigmas de transformación y adaptación a lo que está emergiendo.
Los nuevos líderes y lideresas son capaces de rediseñar un mundo donde el propósito, las personas, el planeta y las ganancias prosperen colectivamente. Un mundo construido sobre principios regenerativos entendiendo que todo en la vida está interconectado y por ello el liderazgo de las organizaciones estará inspirado en la inteligencia, la sabiduría de la vida y la naturaleza. Porque después de todo, somos naturaleza.
La naturaleza tiene una inmensa sabiduría para los líderes capaces de conectarse, la naturaleza es emergente, adaptativa, resistente, co-creativa, receptiva y con una enorme capacidad de responder a los cambios radicales.
Los y las líderes que se conectan con su liderazgo auténtico, son capaces de reducir la velocidad con la que opera su mente, para notar lo que le está sucediendo emocionalmente, y lo que sucede en su entorno. Por eso necesitan prácticas que les permitan integrar todas sus partes para poder escuchar a otros y otras.
Algo mágico sucede cuando las personas líderes están más presentes, integrando cuerpo, corazón y mente.